Eduardo Olivero, considerado una de las eminencias de la investigación antártica y fueguina, recibió una plaqueta recordatoria del hallazgo paleontológico que puso a la geología antártica argentina en el mapa mundial.
Olivero es doctor en geología, investigador superior del Conicet (a través del Centro Austral de Investigaciones Científicas con sede en Ushuaia) y profesor titular de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (Untdf).
Hace 35 años encontró en la Isla James Ross, en el nordeste de la península antártica, los restos de un Anquilosaurio, un dinosaurio herbívoro de 11 metros de largo por 2,5 metros de alto y 4 toneladas de peso.
El descubrimiento ayudó a demostrar que alguna vez la Antártida estuvo unida al resto de las masas continentales, algo que hasta ese momento se suponía, pero no podía ser comprobado.
El Gobierno fueguino premió al experto “por su invalorable contribución al conocimiento geológico y paleontológico de la Península Antártica y de los Andes Fueguinos, así como también por haber desarrollado en nuestra provincia bicontinental una labor científica reconocida internacionalmente”, indican los fundamentos de la distinción.
“Para nosotros es un orgullo que en Tierra del Fuego existan científicos de esta magnitud, sobre todo porque representan un impulso para que otros especialistas se sumen a este trabajo tan importante”, afirmó Melella durante el acto realizado en la Casa de Gobierno fueguina.
Por su parte, Olivero agradeció la distinción y dijo que el reconocimiento lo “llena de honor”, después de casi medio siglo de trabajo dedicado a reconstruir la historia geológica, oceanográfica, climática y de los recursos naturales del continente antártico.