Orgullo. Trabajo. Dedicación. Preparación. Estas palabras engloban y describen magramente la creación de dos científicas madrynenses que ejecutaron un estudio ambicioso y que provocó un boom local, nacional e internacional.
Se trata de la científica e investigadora del Conicet y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Tamara Rubilar y de la experta en vinculación tecnológica, Dana Cardona. Ambas, pusieron en marcha la firma Arbacia que comenzará a comercializar internacionalmente el hallazgo de un suero anti Covid a través de huevos fecundados de erizos de mar.
“Generamos antioxidantes que son insumos para diferentes industrias: Nutracéutica, alimenticia y farmacéutica tanto humana como animal”, explicó Rubilar.
Agregó que los productos que crearon “son totalmente novedosos en el mercado y se caracterizan por tener altas concentraciones de antioxidantes llamados espinocromas, característicos de los huevos de los erizos que son 480 veces más poderosos que la astanxantina, el actual rey de los antioxidantes”, señaló en diálogo con El Cronista.
La clave del descubrimiento fue el hallazgo de las moléculas que se encontraban en los huevos de los erizos de mar y a partir de ahí comenzaron una investigación profunda sobre el impacto positivo que podría tener para alivianar los síntomas en las personas contagiadas de coronavirus.
Estos huevos se consiguen a través de la acuicultura, actividad que permite la crianza de especies acuáticas, vegetales y animales.
SE LANZARÁN AL MERCADO INTERNACIONAL
Tras el descubrimiento, las científicas madrynenses piensan en grande y ya planifican salir a conquistar los mercados internacionales con el súper antioxidante contra el Covid-19.
“Planificamos cumplir sucesivas etapas iniciaremos exportando a Ecuador y Brasil abasteciendo de insumos para sus industrias”, graficó Rubilar, quien precisó que el objetivo a largo plazo será crecer a partir de un sistema de franquicias enfocadas en Iberoamérica.
Desde Arbacia aseguran que contar con asistencia técnica específica en productos biotecnológicos y asesoramiento sobre regulaciones en cada uno de los destinos que brinden acceso a informes claves sobre barreras arancelarias, prohibiciones específicas o beneficios impositivos sería ideal para que la biotecnología argentina llegue al mundo. “Impulsar la exportación es fundamental para que el sector crezca”, concluyó Rubilar.