Los científicos creen que hace unos 4.5 millones de años, algo grande golpeó la Tierra y la tiró por encima de la tetera.
El resultado fue un montón de escombros, lanzados al espacio, arremolinándose hasta formar la Luna.
Del gran objeto, que se cree que es del tamaño de Marte, y llamado Theia, no quedó mucho. O eso pensábamos, informa Science Alert.
Si ese es el caso, la hipótesis del impacto gigante podría resolver un misterio que ha molestado a los científicos durante más de una década: la presencia de densas manchas de material del tamaño de un continente, enterradas en las profundidades del manto de la Tierra a unos 2.900 kilómetros de profundidad, curvadas alrededor de su núcleo.
“Nuestros hallazgos desafían la noción tradicional de que el impacto gigante condujo a la homogeneización de la Tierra primitiva”, dice Hongping Deng, del Observatorio Astronómico de Shanghái (SHAO) de la Academia China de Ciencias, indica Science Alert.
“En cambio, el impacto gigante que formó la Luna parece ser el origen de la heterogeneidad del manto primitivo y marca el punto de partida para la evolución geológica de la Tierra en el transcurso de 4.5 millones de años”.
Las manchas que envuelven el núcleo de la Tierra se conocen como grandes provincias de baja velocidad de cizallamiento, o LLVP.
Los conocemos porque las ondas sísmicas que viajan a través de la Tierra desde los terremotos se mueven de manera diferente a través de diferentes materiales, dice Science Alert.
Debajo de África y el Océano Pacífico
Es a través de los datos sísmicos que los científicos han podido obtener mapas detallados de los LLVP: regiones grandes y densas en el límite entre el núcleo y el manto, una bajo África y la otra bajo el Océano Pacífico.
Hasta ahora, los científicos han propuesto que los LLVP son generados por algún tipo de proceso interno de la Tierra, como restos de antiguas losas tectónicas, o manchas de mayor temperatura, o un océano de magma en la base del manto.
Simulaciones numéricas anteriores han sugerido que la mayor parte de Theia terminó incorporada a la Luna, y solo quedaron trazas dentro de la Tierra. Pero ese podría no ser necesariamente el caso.
Por lo tanto, durante varios años, los investigadores han estado investigando la posibilidad de que una gran cantidad de Theia se haya quedado atrapada dentro de la Tierra, donde permanece hasta el día de hoy, lo que molesta a los científicos.